TORNEO SANTIAGO BERNABÉU, Martes 16 de agosto.
El gran arquitecto del Real Madrid.
TE VEO
NIÑOS, NIÑAS, JÓVENES, DEBATE.
TENEMOS DEBATE.
No vamos a cuestionar o valorar
la tala o no de un árbol en Marsella. No es la tarea de un niño.
TE VEO
TENEMOS DEBATE, SERA RESPETUOSO Y HABLAREMOS SOBRE LOS ÁRBOLES Y LA NATURALEZA EN GENERAL.
Como hemos dicho antes, no vamos a cuestionar o valorar la tala o no de un árbol en Marsella. No es la tarea de un niño.
Como usuarios y habitantes de este planeta, debemos defender y apoyar el equilibrio, el respeto y la armonía con el medio ambiente. Con nuestra naturaleza.Vamos a valorar nuestra, vuestra, relación con el medio ambiente, con el hábitat que tenemos. Tú o tú que ves y lees este post, ¿qué relación tienes con la naturaleza? ¿Con el monte, con un árbol o una rosa? ¿Con un río, con un pez o una vaca? ¿Con las tormentas? O, ¿con el cielo azul?
Tú, aunque seas menos niño,
aunque seas un adulto que nos lees desde diferentes puntos de este planeta,
también puedes responder. ¿Dónde estás? ¿Qué ves y qué tienes cerca? ¿Un
parque, montes, el mar, una jardinera con flores en la terraza?
ESTA SERÁ LA TAREA DE ESTA SEMANA Y DE TODO EL MES DE AGOSTO: TAREA 15.
LOS NIÑOS GANAN A LOS ADULTOS
Los niños ya debatieron sobre la naturaleza, el año pasado, en la biblioteca. Sus dibujos lo dicen todo, gritan tan alto que es un estruendo.
Me llegan los ecos del actual debate sobre la naturaleza, motivado por la tala de árboles en Marsella. Con independencia de este hecho concreto, cuyos datos desconozco. Nosotros y los niños ya nos preocupamos de hablar de la naturaleza en general el año pasado.
Los niños y la naturaleza deben estar al margen de diferencias, ideologías y colores, se defienden siempre. Viene muy a cuento de ello aquel momento. Nos juntamos una mañana en la biblioteca de la Casa de la cultura, llegaron los niños y se fueron repartiendo en mesas con sus hojas de papel y sus lapiceros. Los adultos que nos juntamos, espero no equivocarme, y si fuera así, que me disculpen. Nos juntamos, Adriana Marìa Grisales F, directora de la Biblioteca. Emilio Rojas Herrera, un marsellés, un hombre experimentado en niños y en la educación. Gilberto Lopez Angel, otro marsellés, hombre gran defensor y propulsor durante décadas de la cultura y de Marsella. Y el que escribe, un viajero español que el azar llevó a Marsella. Seguro que todos ellos al leer estas líneas sonríen. Pues semejante mezcla de personalidades sirvió para que unos niños ajenos a estas peculiaridades, se distrajeran y jugaran con sus lapiceros y papel a dibujar entre otras cosas, sobre la naturaleza.
Efectivamente, los niños nos ganan a los adultos por goleada.
ESTA SERÁ LA TAREA DE ESTA SEMANA Y DE TODO EL MES DE AGOSTO: TAREA 15.
LOS NIÑOS GANAN A LOS ADULTOS
Los niños ya debatieron sobre la naturaleza, el año pasado, en la biblioteca. Sus dibujos lo dicen todo, gritan tan alto que es un estruendo.
Me llegan los ecos del actual debate sobre la naturaleza, motivado por la tala de árboles en Marsella. Con independencia de este hecho concreto, cuyos datos desconozco. Nosotros y los niños ya nos preocupamos de hablar de la naturaleza en general el año pasado.
Los niños y la naturaleza deben estar al margen de diferencias, ideologías y colores, se defienden siempre. Viene muy a cuento de ello aquel momento. Nos juntamos una mañana en la biblioteca de la Casa de la cultura, llegaron los niños y se fueron repartiendo en mesas con sus hojas de papel y sus lapiceros. Los adultos que nos juntamos, espero no equivocarme, y si fuera así, que me disculpen. Nos juntamos, Adriana Marìa Grisales F, directora de la Biblioteca. Emilio Rojas Herrera, un marsellés, un hombre experimentado en niños y en la educación. Gilberto Lopez Angel, otro marsellés, hombre gran defensor y propulsor durante décadas de la cultura y de Marsella. Y el que escribe, un viajero español que el azar llevó a Marsella. Seguro que todos ellos al leer estas líneas sonríen. Pues semejante mezcla de personalidades sirvió para que unos niños ajenos a estas peculiaridades, se distrajeran y jugaran con sus lapiceros y papel a dibujar entre otras cosas, sobre la naturaleza.
Efectivamente, los niños nos ganan a los adultos por goleada.
Os presentaremos a continuación
algunos vídeos a modo de ejemplo. Los vídeos corresponden a una serie que
denominamos: “TE VEO”. Te veo cerca, delante de mí. Te veo.
Érase una vez... Un lugar agraciado y verde: "Te veo Marsella".
Érase una vez... Un lugar agraciado y verde: "Te veo Marsella".
El planeta es nuestra casa, los
ríos nuestros grifos de agua y los bosques son nuestras paredes, suelos, techo y el
aire que respiramos.
Si un día, por ejemplo en Marsella, los árboles
desapareciesen, ¿qué pasaría? ¿Qué nos ocurriría?
La Tierra
(del latín
Terra, deidad romana equivalente a Gea, diosa griega de la feminidad
y la fecundidad)
es un planeta
del sistema solar
que gira alrededor de su estrella
—el Sol—
en la tercera órbita más interna. Es el más denso y el quinto mayor de los
ocho planetas del sistema solar. También es el mayor de los cuatro terrestres.
La Tierra se formó
hace aproximadamente 4550 millones de años y la vida surgió
unos mil millones de años después.
Es el hogar de millones de especies, incluyendo los seres humanos
y actualmente el único cuerpo astronómico donde se conoce la
existencia de vida. La atmósfera y otras condiciones abióticas
han sido alteradas significativamente por la biosfera
del planeta, favoreciendo la proliferación de organismos aerobios, así como la formación de
una capa de ozono
que junto con el campo magnético terrestre bloquean la radiación solar dañina, permitiendo así la
vida en la Tierra. Las propiedades físicas de la Tierra, la historia geológica
y su órbita han permitido que la vida siga existiendo. Se estima que el planeta
seguirá siendo capaz de sustentar vida durante otros 500 millones de años, ya
que según las previsiones actuales, pasado ese tiempo la creciente luminosidad
del Sol terminará causando la extinción de la biosfera.
El árbol solitario de Marsella
Era un árbol pequeño, con hojas en sus bordes y en su parte alta de color rojo y amarillo. La viveza del color me llamó la atención, también su soledad. Era el único en la acera de una calle larga y estrecha. Me gustó, me pareció humilde, pero a la vez, firme y erguido sobre sus finas piernas de tronco desafiando airoso toda la longitud de la acera, de la calle y el todavía fuerte sol de la tarde.
Sí, a un árbol.
Sí a la naturaleza y sí a Marsella.
Seguiremos... Mañana más. No te lo pierdas.
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